miércoles, 3 de septiembre de 2014

Ávida ánima

Has cierto punto podría contar cuantas veces te perdí,
entregado a las luciérnagas de tu bendito corazón,
cuando la brisa cantaba los días que no te protegí,
cuando lloraba mi ávida ánima tu maldito desamor.

No eran recuerdos gratos los dejados en mi banca,
no eran lienzos preparados de un arte personal,
¿cuántas veces en mis sueños te seguía y esperaba? 
Esas veces que risueños nos besamos frente al mar.

Y tu luz meditabunda ya no existe más en mi alma,
los recuerdos de nuestra vida aun retumban sin cesar,
el olvido me reclama que lo acoja entre mis sábanas,
así como mi dulce boca por la tuya se dejaba cobijar.

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