sábado, 10 de marzo de 2012

Una carta a mi novio


Recuerdas cuando abrazados el uno del otro jugábamos debajo de las sabanas?
El calor de tu boca con la mía, tu piel rosada, nuestros labios jadeantes de amor,
Las noches que parecían minutos incandescentes, como si el tiempo se detuviese,
Ahí estabas tú, con una sonrisa, sudando todo el amor que no pudiste darme ayer.

No sé si recuerdas que me dijiste un “te amo” y yo te correspondí con un beso,
Cuando lo arriesgamos todo para viajar y  vivir juntos, lejos de nuestro hogar,
Alimentándonos solo de nuestro amor, de nuestros besos y caricias mutuas,
Recuerdo cuando recostado no podías dejar de abrazarme por miedo a perderme.

No me odies por haber sido todo en tu vida, tu lograste llenar el vacío en mi ser,
No maldigas esas tardes que pasábamos juntos en tu terraza tomados de las manos,
Esas madrugadas taciturnas, bebiendo pisco con tu primo, riendo sin parar,
Recuerdas los plenilunios cuando hacíamos el amor en tu techo a la luz de la luna?

Bastaba una llamada tuya, un mensaje tuyo para animar los oscuros días de trabajo,
Sacar a pasear a tu perro todas las mañanas, inventando excusas para vernos a escondidas,
tu obsesión por el juego, mi obsesión con tu cuerpo, con tu ánima destrozada por el ayer,
y esas cosas que solo tú y yo éramos capaces de vivir por aquellos años maravillosos…

Lloro tu pena y la pérdida de tu engaño, sufro tus besos que aun en mi corazón guardo,
Donde alguna vez te sentí en mi cama susurrarme al oído versos de amor infinito,
Donde ahora solo siento el hedor de la soledad que penetra mis poros ya desganados,
Aun te espera esa rosa que dejaste en mi casa, la tengo aquí guardada, esperando tu regreso.