Suena disparatado, sí, lo sé, pero hoy me quiero casar.
No importa el cómo ni el dónde, tal vez lo haga de blanco, de gris o de negro, tal vez en un edificio o en el campo, quizá hasta lo haga en mi habitación, envuelto por la sombría claridad de las amarillentas cortinas que logran apenas reflejar la débil luz de la nueva primavera, esa a la que tanto odio.
Gritaré al viento que te acepto a mi lado, y que estaré contigo por siempre, hasta que la muerte o la primavera nos separe, te besaré hasta quedar sin aliento y lloraré de felicidad en tus hombros mientras juramos que nos amamos verdaderamente, como nunca antes hemos amado a otro igual.
Hoy quiero tener mi luna de miel, cenar algo ligero acompañado de unas velas y un botella de vino, sumergirme contigo en la tibia agua de un jacuzzi soñado, llevarte en brazos a nuestra cama cubierta de pétalos de rosas, mientras nos amamos sin sentido sobre las sábanas, en una cita perfecta, esa que soñaste toda tu vida.
Hoy quiero tener paz a tu lado, abrazarte por la espalda mientras descansamos viendo una película, susurrándote al oído que te amo, besar tus dulces labios, rozar tu pecho y amarrar tus sueños con los míos mientras nos dejamos caer por el cansancio, juntos, para siempre, tú y yo.
Hoy me quiero casar, para mañana despertar y haberlo olvidado todo, mirarte como a un desconocido, vestirme raudamente y regresar a mi casa, donde pertenezco, donde tú no estarás, donde mis ilusiones mueren día tras día y se convierten en pesadillas, alimentadas por la primavera, esa a la que tanto odio.
No importa el cómo ni el dónde, tal vez lo haga de blanco, de gris o de negro, tal vez en un edificio o en el campo, quizá hasta lo haga en mi habitación, envuelto por la sombría claridad de las amarillentas cortinas que logran apenas reflejar la débil luz de la nueva primavera, esa a la que tanto odio.
Gritaré al viento que te acepto a mi lado, y que estaré contigo por siempre, hasta que la muerte o la primavera nos separe, te besaré hasta quedar sin aliento y lloraré de felicidad en tus hombros mientras juramos que nos amamos verdaderamente, como nunca antes hemos amado a otro igual.
Hoy quiero tener mi luna de miel, cenar algo ligero acompañado de unas velas y un botella de vino, sumergirme contigo en la tibia agua de un jacuzzi soñado, llevarte en brazos a nuestra cama cubierta de pétalos de rosas, mientras nos amamos sin sentido sobre las sábanas, en una cita perfecta, esa que soñaste toda tu vida.
Hoy quiero tener paz a tu lado, abrazarte por la espalda mientras descansamos viendo una película, susurrándote al oído que te amo, besar tus dulces labios, rozar tu pecho y amarrar tus sueños con los míos mientras nos dejamos caer por el cansancio, juntos, para siempre, tú y yo.
Hoy me quiero casar, para mañana despertar y haberlo olvidado todo, mirarte como a un desconocido, vestirme raudamente y regresar a mi casa, donde pertenezco, donde tú no estarás, donde mis ilusiones mueren día tras día y se convierten en pesadillas, alimentadas por la primavera, esa a la que tanto odio.