sábado, 18 de febrero de 2012

Las cigarras

Esa noche, en algún momento, mientras me retorcía de dolor y placer en tus brazos, mientras me perdía en tus besos y tus caricias, esa noche...

Aun destello sembríos de ánimas dulces que me llevan a tu lado,
suspirando tus éxitos y mis alegrías en tu pecho acurrucado,
el tono sepia de esas noches que adormecían, tu mirada fija en la mía,
y todos los sueños que escribimos enamorados aquellos días.

Aun de noche me cuesta trabajo pensar que abunda oscuridad,
ilumina mi vida aun el karma de tus sonrisas, la luz de tu beldad,
esas rabias olvidadas, el futuro que un día juramos nuestro,
cuando las cigarras no lloraban y tus labios no olvidaban mis besos.

Entonces los peldaños de tu alma eran pasos que solo yo recorría,
y tu sexo con el mio cantaban todas las noches en dulce armonía,
mientras los niños dormían, las damas reían y los hombres lloraban,
mientras las niñas rezaban, tu y yo, juntos, nuestras almas se amaban.


¿Dónde quedaron las cartas que me escribiste?
¿Donde está aquel niño que conocí en verano?
¿Donde quedó esa mirada tuya engañosa y triste?

Se extraviaron con mi pena, con tus versos y tu llanto.

Esa noche de invierno, esa noche a tu lado, en algún momento, entre risas y pláticas olvidé lo que era el sentimiento verdadero... cometimos el error de pensar que tu y yo podríamos ser enamorados.


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