Poema No 45

Yo fui aquel quien envenenò tu vida,
aquel que con un roce logrò dominar tu mundo,
el que palideciò tu rostro y destrozò tus sueños,
yo soy la vibora que deseas ver muerta todas las noches,
aquel a quien un dia juraste nunca desear la muerte,
me ves aqui postrado e indefenso, presa de la muerte,
derrotado por el sol y por el amor que no comprendo,
me ves y te largas, haces tus dias mas dificiles.

Juro a un mundo escribir tu historia y recordar,
como quisiera que mostrases mi mundo a los vivos,
que proclames nuestra verdad y que cantes el himno,
poesia de gozo que un dia tu y yo disfrutamos sin herirnos,
como aquella hoja que dejò de ser verde,
como aquella serenata que dejò de tener ritmo.

Aun me ves tan frio y tieso, y huyes,
no puedes tocarme,
porque sabes que no te necesito,
en mi esta tu alma,
en mi esta tu vida,
de mi depende que estes sana,
tal cual brisa te hace despertar de tu tumba,
tal cual grito revebera infinitamente en el alba,

a pesar de los pocos dias que me quedan aqui,
se que nunca podrè borrar estos recuerdos,
que como pobre mortal vivì,
pues, como pobre sueño,
y como hombre vivo.